martes, 5 de junio de 2012

La casa se derrumba.

La casa se derrumba.
El espacio donde cimentaron nuestra vida se cae a pedazos.

Vemos el miedo, la duda y la incertidumbre acampar a nuestro alrededor. 

Pero ya es hora de reconocer que este mundo, tal y como está, no nos sirve... se nos queda muy pequeño... y por eso, nuestra casa se derrumba.

Quedan pocas seguridades más allá de las que nos habitan en nuestro interior y, aún esas, van perdiendo fuerza poco a poco, atrapadas, asfixiadas por la mole de una sociedad decrépita que no supo dar respuesta a los grandes anhelos del hombre.

No fueron suficientes las sólidas paredes acorazadas ni las ventanas blindadas para sostener una existencia que dejó de alimentarse de esperanza y del saber vivir en Familia.

Nos hicieron olvidar que nuestra fuerza nace del acto de aceptar y compartir nuestra propia vulnerabilidad.

Olvidamos, una vez más, que juntos podemos construir un mundo nuevo, posible, real, basado en la Justicia, el Amor y la Libertad, semillas para una Paz que siempre estuvo dentro de nosotros como última meta.

Por miedo a vivir desde el corazón, nos conformamos con sobrevivir apoyados en quimeras... y hoy pagamos, de nuevo, el precio.

No es hora de gastar nuestras fuerzas apuntalando los muros con nuestros brazos. No hay por qué temer el cambio... lo viejo debe morir y debemos acoger el Cambio.

Es tiempo de acorazarnos tras nuestras certezas.
Aquellas que nos recuerdan quienes somos y a quien pertenecemos.
Aquellas que nos muestran a qué aspira nuestro corazón y para qué estamos hechos.
Aquellas que nos abren la puerta a seguir esperando, porque, no lo dudes... se acerca algo Grande y harán falta muchos brazos para construirlo, harán falta muchas buenas ideas para transformarlo todo y volver a apuntalar de nuevo la existencia.

Es hora de volver a lo sencillo, a lo auténtico, a lo natural, como excusa para esperar, con paciencia, que lo que se pudre, termine de extinguirse y nazcan nuevos brotes de los escombros.

Será entonces cuando tengamos que movilizar nuestras fuerzas, nuestras ganas y nuestra capacidad de soñar para construir una nueva forma de entender la vida y las relaciones: Será el tiempo para el "Todos o Ninguno".

Será entonces el momento para que cada ser humano vuelva a recuperar su lugar en este mundo y que unos a otros nos concedamos el espacio al que todos tenemos derecho por el simple hecho de estar vivos.

Será el momento de salvar nuestra propia humanidad sosteniéndonos unos a otros... todos juntos.



Pedro Sosa


Del tiempo compartido con mi buen amigo Jose Sanchez Hidalgo, siempre fuente... siempre encuentro

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